Merche actúa esta noche en el Teatro Falla.

La compositora gaditana regresa esta noche al Falla para hilvanar los temas de su último trabajo, 'Acordes de mi diario', con el que cumple una década de éxitos a punto de alcanzar el disco de oro

Virginia León / Cádiz | Actualizado 30.03.2011 - 05:00

Con el cartel de "no hay entradas", su primer número uno en ventas y a un paso de conseguir el disco de oro llega Merche a su Cádiz natal, donde esta noche, desde el Gran Teatro Falla, hilvanará las canciones de este último y exitoso disco, Acordes de mi diario, en un concierto organizado por la Cadena Cope.

A unas horas de regresar al coliseo, la gaditana asegura sentirse muy ilusionada y orgullosa de ser una verdadera "profeta en mi tierra". Y confiesa que ya está deseando escuchar el rítmico palmoteo de "tan, tan, tan... tan, tan, tan..." que tanto suena a Cádiz, al "gallinero del Falla", y del que tanto ha bebido en los albores de su juventud carnavalera.

Una vez que se haga el silencio, aparecerá ante el público una Merche más madura, macerada por el paso de los diez años de carrera profesional que atesora. "No ha sido intencionado pero lo cierto es que el tiempo hace que te curtas, así que espero que la evolución se perciba".

Y es que Merche ha querido ofrecer algo más de sí a su público. Un poco más de lo que lleva dentro y así lo ha mostrado en la desgarradora, a la vez que cálida fuerza que se desprende de su voz en Si te marchas. "Sin duda se trata de un tema muy especial, por muchos motivos. A nivel de sonido e interpretación quería mostrar algo más". Y lo ha conseguido con este despliegue de voz al alza que tanto y tan bien domina técnicamente.

En cuanto al trasfondo de sus canciones incide en temas tan inherentes a su obra como el amor, el desamor o el despecho. "Yo le escribo y le canto a todo lo que me emociona, y el amor, tanto en positivo como negativo, es el motor de mi vida". Pero también figuran en este quinto disco la ironía, la dulzura e incluso el optimismo que forman parte de su personalidad. Entre los títulos, llama la atención un tema a la mujer: La guapa, que dedica a la mujer gaditana, asegura. "Siempre me ha gustado el Carnaval porque se ha vivido de lleno en mi familia y soñaba con escribir un pasodoble a la mujer gaditana. Pero como no fue posible, lo hago a través de esta canción".

Peor parado sale el hombre en este álbum. ¿Qué pasa con el sector masculino?. "Al sector masculino... que le den", dice entre risas. "No... es broma, aunque es cierto que esta vez les meto mucha caña". "Sobre todo -añade- en el tema Dónde están los hombres, que lo planteo de una forma exagerada, como yo soy, pero desde el respeto, el cariño y la ironía", asevera.

En definitiva un trabajo hecho a su imagen y semejanza, a su antojo y sin corsés. "He tenido carta de libertad en la producción. Anteriormente también la he tenido, pero me he sentido más cohibida".

Pero, como decíamos, los tentáculos de su madurez alcanza todos los pormenores de su carrera. Quizás por este motivo "tenía muy claro lo que quería plasmar en este disco y así ha sido. Me he sentido muy valorada y respetada musicalmente", confirma, en relación al trabajo conjunto que ha desarrollado junto al productor Sebastián Krys.

Un álbum que grabó en Los Ángeles, rodeada de grandes músicos como Dan Warner o Pete Thomas, con los que ha logrado hilar las influencias recibidas del rock, el soul o el r&b entre los temas salidos de su puño y letra. Porque si algo puede presumir Merche es que compone cada una de sus canciones. En su dormitorio, "como siempre", con guitarra en mano, ordenador y grabadora. La inspiración, dice, le llega trabajando mucho, nada de musas sorpresa. "Me paso muchas horas delante de mi libretita", asegura.

Horas que se traducen en canciones "que son calcos de lo que después sale en el disco. Con los arreglos pertinentes y aderezado con la esencia del productor, claro, pero justo lo que nace en el dormitorio de mi casa".

Una aplastante seguridad que le viene de la extensa formación musical en la que anda sumida desde bien pequeñita, cuando estudiaba solfeo en el Conservatorio de Cádiz. Que continuó en la Universidad y que ahora despliega sobre las tablas de cualquier escenario, ante el que asegura sentir "ese cosquilleo de mariposas antes de salir". Pero una vez dentro, se come el mundo.

El concierto de esta noche en el Falla forma parte de su gira de teatros de invierno, al que seguirá la de verano y tras la que es podría viajar a América para continuar la promoción de Acordes de mi diario. Un disco con el que ha cumplido una década de sueños y objetivos cumplidos, "pese a los tiempos tan malos, soy afortunada". Con más de 500.000 ejemplares vendidos en España y con un público que le adora. En Cádiz sin ir más lejos, hace tiempo que completó el aforo de su Teatro Falla.



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